martes, 12 de abril de 2011

Siguiendo el rastro adecuado



Si os hago la pregunta: ¿cómo deseas que sea tu vida?, ¿qué tendría que ocurrir para que fueras feliz?, o alguna similar, irremediablemente comenzaríais a pensar en las cosas que hay ahora en ella y que no querrías que hubiese, lo que no deseáis, lo que os hace infelices, ¿verdad?

Pues así es como nos pasamos la vida. Pensando en lo que no queremos, en lo que nos incomoda, nos asusta, nos ponemos tristes o nos hace infelices. Y gastamos toda nuestra energía en pensar en ello porque, como demuestra el video, para decir que NO queremos eso el cerebro primero tiene que imaginarse lo que niegas, o sea que te pasas el día pensando en lo que no quieres. Si por el contrario empiezas a pensar en positivo, en las cosas que deseas alcanzar, en la persona que deseas ser, en lo que te hace feliz, tu mente (y tu alma) invertirán toda tu energía en pensar en todas esas cosas, las tendrás presente y será mucho más fácil reconocerlas y saber aprovecharlas cuando las veas. Al fin y al cabo, somos lo que pensamos, cuando sólo tenemos presente lo que no queremos lo único que conseguimos es verlo por todas partes (e incluso verlo dónde no lo hay) y huir de ello constantemente. Piensa en lo que SÍ deseas, quieres y te haría feliz para saber reconcoerlo e ir a por ello.

Esto es algo así como hacerle a un perro seguir un rastro. Si le das a oler lo que no quieres que encuentre, asociándoselo con algo negativo, ¿qué hará el perro? primero buscar ese olor y para cuando lo encuentre escapará de él porque le has enseñado que es negativo, pero lo primero que hará es buscar y reconocer ese rastro, tiene el institnto enfocado a ello. Y seguro, seguro, que con ese comportamiento no conseguirás que tenga la inspiración divina de ir a por el rastro que en realidad deseas que encuentre...

Y tú, ¿estás siguiendo el rastro que realmente deseas?

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