martes, 21 de junio de 2011

Excusas

Con demasiada frecuencia ponemos condiciones y plazos a la vida: dejaré de estar preocupado cuando tenga un trabajo estable, ya no estaré estresado cuando los niños sean más mayores, dedicaría más tiempo a mi familia si tuviese un mejor horario, estaría tranquilo si encontrase al amor de mi vida. Lo hacemos constantemente, justificar por qué no estamos relajados, por qué no sonreímos, por qué no nos mostramos pletóricos ante la vida que se despliega ante nosotros, en resumidas, por qué no somos felices, esa expresión que tanto miedo nos da.
Y es que tener un sueño, una meta, un objetivo a alcanzar, es algo maravilloso; son la salsa de la vida y hacen de ella una apasionante aventura. El problema es cuando los convertimos en una condena, no en un extra sino en una condición sine qua non, no en una elección sino en una exigencia. Y lo peor de todo es esas condiciones que nos ponemos no son más que una falacia de nuestra mente.
El mejor modo de demostrar que ninguna de nuestras condiciones es de verdad necesaria, de demostrar que no son más que excusas para no sentirnos bien ahora, es mirar hacia el pasado. Porque a menudo, cuando miramos atrás, pensamos que por aquel entonces sí lo teníamos todo para ser felices, que aquello sí eran buenos tiempos y no ahora. Ya, pero cómo será que cuando el pasado era nuestro presente no nos parecía que las circunstancias fuesen tan idóneas y tampoco acabábamos de estar bien.
Y es que la Felicidad no es más que una actitud ante la vida. ¿Acaso las personas con mejores condiciones y circunstancias idóneas son más felices? Basta echar un vistazo alrededor para desmentir esto, vemos personas que tienen una estabilidad laboral y económica, una bonita familia, y abarrotan las consultas de psicólogos y psiquiatras porque tienen ansiedad, o están depresivos o se sienten vacíos. Y también existe la contra, personas que apenas tienen lo justito y van por la vida con la mayor de las sonrisas.
Y si ser feliz es un modo de ver la vida, quizás no se trate de ponerle condiciones sino de tomar decisiones. Sí, decide ser feliz hoy, toma esa decisión. Decide dejar de postergarla, dejar de ponerle condiciones, dejar de ver fantasmas, dejar de ver lo negativo y los contras, dejar de ver lo que no tienes, los huecos, los puntos negros en la pared blanca. Porque la vida es una enooooooooooooooorme pared blanca, de ti depende si quieres ser feliz con todo lo que te ofrece o justificar tu amargura con esas manchitas que has encontrado. Porque siempre va a haber puntos negros, la pared nunca va a ser COMPLETAMENTE blanca. Si esperas a hallar la plenitud y perfección en tu vida para ser feliz nunca lo serás, entre otras cosas porque siempre encontrarías una excusa para no serlo. Aprende a ser feliz hoy, con lo que tienes hoy, y aprenderás así a serlo siempre: “Los hombres olvidan siempre que la Felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias” (John Locke)
Deja de poner disculpas, deja de justificar tu amargura y simplemente despréndete de ella. No va a ser fácil, desde luego es bastante más sencillo seguir culpando a las circunstancias, pero sí te prometo algo: será más efectivo.

6 comentarios:

  1. Gracias por compartir esta reflexión sobre la felicidad. Comparto que la felicidad es el efecto secundario de una forma de MIRAR la vida con entusiasmo, belleza, aceptación, simplicidad,... desde la conciencia. Besos.

    ResponderEliminar
  2. ...optimismo, compasión y amor; añadiría a tu lista :) Al final, en la vida, todo se remite al modo en que vemos las cosas porque el mundo que nos rodea no es más que un reflejo de los ojos que lo miran. Gracias a ti por tomarte el tiempo de leerla. Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Ana Belén Padrino22 de junio de 2011, 16:08

    Muchas gracias por compartir tus reflexiones, son muy sabias...Esta locura, esta manera particular que cada uno tenemos de ver la vida, que nos lleva a una distorsión de la realidad, implica prejuicios, miedos, juicios, percepciones defensivas que nos dificultan relacionarnos de una manera más directa, organísmica y fluida para relacionarnos con nosotros mismos y con nuestro entorno. Bsos

    ResponderEliminar
  4. Es exactamente eso, Ana Belén, que nuestros propios pensamientos negativistos nos impiden ver la maravilla que nos rodea y que cada uno de nosotros somos. Gracias a ti por tu reflexión. Un beso!

    ResponderEliminar
  5. Estoy de acuerdo contigo... siempre estamos condicionando nuestra ¿felicidad? a lo venidero...
    Muy bien expresado.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  6. Muchas gracias, Conchi! Y la Felicidad sólo existe en el hoy :)

    Un beso.

    ResponderEliminar