miércoles, 21 de diciembre de 2011

Sé fiel… a ti mismo.

“Sé tú mismo e intenta ser feliz pero, sobre todo, sé tú mismo” Charles Chaplin
No puedo estar más de acuerdo con esta frase.
Está claro que todos queremos ser felices y que la búsqueda de esa sensación es lo que motiva todos nuestros actos, y yo siempre os digo que así ha de ser porque nada hay más importante. Pero deja de serlo si para ello hemos de perder nuestra esencia.
En primer lugar no tiene sentido vivir sin ser uno mismo. Estás aquí para ser la persona que eres, has nacido con unas cualidades y no otras porque así es como ha de ser y tu magia, tu encanto es ser como eres. Esos pequeños defectos, esas peculiaridades, esas debilidades forman parte de la persona que eres y ser otra cosa… sería como intentar que un gato tenga las virtudes de un perro. No, un gato es un gato y que intente ser un perro, por muy maravilloso que sea ser un perro, no tendría sentido alguno. Además, es IMPOSIBLE ser feliz sin ser uno mismo, jamás hallaremos esa ansiada paz interior sin ser quienes realmente somos.
Y si esto es así, ¿por qué con tanta frecuencia intentamos ser algo que no somos? Pues lo hacemos por buscar la felicidad, ignorantes de que cada paso que damos en esa dirección nos aleja de ella. Lo hacemos para buscar el reconocimiento y la admiración de los demás. Creemos que nos sentiremos felices si los demás aprueban nuestro comportamiento porque nos pierde esa sensación, nos encanta que nos reconozcan. Y por supuesto no voy a discutirlo, es agradable que los demás nos valoren pero es agradable que nos valoren TAL COMO SOMOS, sin embargo esa valoración se convierte en una condena cuando para obtenerla hemos de fingir lo que no somos. Esa es la parte que desconocemos hasta que ya nos hemos metido en ella y comprobamos el esfuerzo y angustia que nos causa esa fachada constante, esa preocupación constante por la imagen que damos. Piénsalo. Esa excesiva preocupación por los otros, esa ansiedad por hacerlo bien y no equivocarte, porque los demás estén a gusto… no es agradable vivir así, tan preocupado, y desde luego en nada se parece a la felicidad.
Siendo nosotros mismos puede que la vida no vaya a ser perfecta, puede que desagrademos a muchos, puede que no estemos a la altura de lo que esperan de nosotros pero sí lograremos una cosa que no vamos a lograr de ningún otro modo: encontrarnos en paz. Y eso sí es lo más importante de este mundo.
¿No te encantaría dejar de estar preocupado por los demás, intranquilo por si haces las cosas bien y estar a gusto con la persona que eres? Pues no tienes que hacer más que atreverte a ser tú mismo.
¿Cómo? Es muy fácil. El corazón siempre te da señales de cuando estás yendo a favor o en contra de ti mismo, en el fondo lo sabes, sabes cuando estás haciendo lo que realmente quieres y sientes o cuando estás actuando por temor a lo que piensen, a fracasar (que es al final temor a lo que piensen, a tu corazón no le importa que te equivoques, él solo quiere que seas tú, nunca te va a juzgar ni condenar).
Sé fiel a ti mismo. Porque vivir sin serlo no tiene sentido alguno.

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