sábado, 28 de abril de 2012

Y amándote me amé

Hace uso meses leí algo que cambió mi modo de entender las relaciones con los demás. Fue apenas una frase del grandísimo Erich Fromm que decía que el problema que hacía que el mundo del Amor fuese tan complicado era que todos íbamos por ahí buscando que nos quisiesen, nos centrábamos en esa necesidad, pero que nadie empezaba por querer. Recuerdo que aquello me dio muchísimo que pensar.

Desde entonces he leído otros textos -la mayoría de pensamiento oriental, un modo de ver el mundo del que creo que tenemos mucho que aprender- en los que se afirmaba que era mucho más gratificante dar que recibir.

Pero todo esto no son más que palabras hasta que un buen día decides ponerlas en práctica y comprobar si son verdad. Y puedo deciros que es abrumador comprobar cuanta certeza hay en ellas.

Resulta muy chocante que pueda ser más satisfactorio amar incluso que sentirse amado. Aunque no lo es tanto si nos remitimos al amor maternal. Una madre ama a su hijo, incondicionalmente, mucho antes de que él la ame a ella, es más, seguramente él nunca llegará a amarla del mismo modo. ¿Y eso importa? No, lo que hace feliz a una madre es todo lo que da, todo lo que entrega, todo lo que siente. No lo que recibe. Y como el amor es un sentimiento universal, esto también vale para todos los tipos de amor, incluso los no sentimentales, es válido para el simple amor al prójimo. Con esto no intento hacer apología de que nos vayamos dando a todos incondicionalmente aunque no recibamos nada a cambio o incluso puedan tratarnos inadecuadamente. Tampoco es eso.

Pero sí es cierta una cosa. Si vamos buscando siempre recibir, si nos centramos en lo que van a darnos a cambio (cosa que hacemos con mucha mayor frecuencia de la que imaginamos, el mundo occidental funciona así, pensando siempre en lo que vamos a obtener y planteándonos las relaciones como una estrategia comercial de la que tenemos que obtener el mayor beneficio egoísta posible) eso nos convertirá en personas vacías. Porque el que busca recibir es porque no tiene nada dentro de sí, está vacío y siempre lo estará si vive dependiendo de lo que le dan externamente. Sin embargo, el que da se siente lleno, y cuanto más da más lleno se siente porque si entregamos es porque dentro de nosotros hay algo. Es una máxima de lo más lógica.

Es difícil expresar con palabras la plenitud y serenidad que podemos llegar a experimentar si enfocamos nuestra energía en dar y en amar. Si simplemente vemos a quienes nos rodean como seres maravillosos, con sus pequeñas debilidades ya que son humanos, que merecen ser amados tal cual son. Cuando hacemos eso, y les entregamos toda nuestra comprensión, y sonreímos con dulzura ante sus pequeñas debilidades y perdonamos sus errores y comprendemos sus miedos y somos pacientes ante sus caídas, cuando hacemos todo eso algo dentro de nosotros se queda en paz. ¿Por qué? Por otra de las grandes verdades del pensamiento oriental: porque cuando perdonamos a los otros nos perdonamos a nosotros mismos. Si os fijáis, las personas más exigentes con los otros, las más rencorosas o las que no perdonan ni una falta, también lo son consigo mismas y es con ellos con quienes están enfadadas. Por eso ya solo, por la paz interior que esto nos aportará, merece la pena dar a los demás.

Y también obtendremos otra maravillosa y sublime recompensa: si das, recibes. Esto no es una cuento de hadas ni una película de Disney, es una realidad. Y si no hagamos la prueba. Cuando somos capaces de perdonar, amar, comprender, aceptar y respetar a la otra persona, veremos como ocurre un milagro y es que esta, como  una flor en primavera, se abrirá a nosotros ya que se siente aceptada como es y no teme mostrarse. Y una vez desposeída de esa coraza que solemos ponernos para defendernos del mundo, y vestida con el agradecimiento que brota en sus interior por no juzgar ni censurar a la maravillosa criatura que es, irremediablemente esta persona sentirá el deseo de también darnos y amarnos.

El mundo es más fácil y maravilloso de lo que pensamos. Solo que para que esto suceda, hemos de ser cada uno de nosotros quienes demos el primer paso y abrirnos al mundo, y no limitarnos a encerrarnos en nuestros caparazones de egoísmo esperando que alguien entre y nos descubra.

2 comentarios:

  1. ufff, that´s all I can say.
    Wish I could say something different.
    Excelente!.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, hacemos lo que podemos :)

    ResponderEliminar