lunes, 3 de octubre de 2011

Formas de tomarse un helado

Hay muchas formas de tomarse un helado.

Hay personas que deseaban con tanta ansia ese helado, que se lo comen a mordiscos, como si alguien fuese a robárselo.
Otros, no bien han acabado el que se traen entre manos y ya están pensando en ir al quiosco a comprarse otro, ¡no quieren ni imaginar el momento en que se queden sin helado!

Algunos se deleitan tanto contemplando el anhelado dulce que permiten que el chocolate se derrita entre sus manos sin habérselo lLevado siquiera a la boca.

También los hay que tienen tanto miedo a perder aquello que tanto habían anhelado que comienzan a pensar “¿y si se me cae?” Este pensamiento les provoca tal angustia que sus manos comienzan a temblar, nerviosas, aumentando las posibilidades que su miedo se cumpla.

Curioso caso el de aquellos que niegan querer el helado y se limitan a contemplar como los demás lo saborean, autoconvenciéndose de que eso no es para ellos y que en realidad no lo desean. Paradójicamente, su boca comienza a salivar viendo a los demás comerlo.

Y por último están los que lo saborean serenamente, sin prisa ni ansiedad, pero sin eternas pausas que lo derritan, valorando ese preciado y preciso instante en que lo tienen, sin dejar que la angustia por el momento en que se acabe empañe su sabor.


Hay muchas formas de tomarse un helado. Como muchas son las actitudes que podemos tomar frente a nuestros anhelos y deseos. Unas nos harán más felices que otras, del mismo modo que unas formas de tomarse el helado hacen que este sepa mejor.



“Hay muchas formas de tomarse la vida, y algunas hacen que la vida sepa mejor que otras” Yo misma.

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