martes, 25 de octubre de 2011

¿Por qué las cosas son tan complicadas?

Subestimamos a la Vida.
Nos enfadamos, nos angustiamos y sufrimos ante las tribulaciones que se nos presentan; no entendemos por qué esto tiene que pasarnos a nosotros, por qué las cosas son tan complicadas, por qué es tan difícil decidir o por qué tenemos la mala suerte de que se nos repita siempre ese problema para el que no tenemos solución.
Y hay una respuesta a todos esos porqués. Tendemos a creer que la vida es puro azar, que las cosas pasan porque sí, y que ello hace que unos tengan mejor suerte que otros. Pues no, el azar existe claro que sí, pero en una ínfima parte. Porque, al margen de la espiritualidad de cada uno, una cosa esta clara: la gran mayoría de cuanto nos acontece es CAUSAL, no casual.
Si no hace más que repetírsete la misma tribulación, es porque no la has resuelto, si algo te ocurre a ti en concreto es porque debes superar eso para poder seguir avanzando en tu camino, si ves la vida complicada es porque estás dejando cosas sin resolver, si tienes repetidamente mala suerte es porque estás teniendo una mala actitud.
La vida no te quiere joder, la vida sólo quiere que mejores. Basta observar la evolución de las especies para constatar esto: el objetivo de la vida es que las especies sean cada vez más eficientes y adaptadas al medio, y el modo que tiene de conseguir esto es poniéndolas a prueba y viendo qué medios se desarrollan para adaptarse a los inconvenientes. Pues contigo hace lo mismo, el mismísimo Charles Darwin afirmó que los seres humanos estábamos hechos para ser felices. Y para conseguirlo la vida ha de ponerte pruebas y obstáculos, porque el único modo de que mejores tu actitud es poniéndote un inconveniente en tu camino, sino te quedarías eternamente como estás, al igual que hace con la evolución: si no hiciese que escaseasen los alimentos o que las condiciones climáticas fuesen extremas, ninguna especie evolucionaría a mejor, se quedaría como está.
Teniendo esto en cuenta, tal vez sea más sano que en vez de enfadarte con la vida y maldecir tu mala suerte, te hagas de una vez por todas responsable de lo que te sucede y entiendas que la solución SIEMPRE está en tu mano. Vale, no puedes cambiar las circunstancias, no puedes cambiar lo que te sucede (ni tampoco es eso lo que la vida quiere) pero sí puedes cambiar tu actitud.
Hay una frase muy buena de Randy Pausch sobre los obstáculos que dice: “Las paredes de ladrillos están allí por una razón: nos permiten demostrarnos cuánto queremos algo de verdad.” La cita encierra dos grandes verdades. Una es que las dificultades que se nos presentan siempre están ahí para enseñarnos algo, y la otra que también sirven para darnos cuenta de hasta qué punto deseamos las cosas. Me despido con una pequeña metáfora al respecto para dejaros pensando:
Un jardinero acaba de comenzar a decorar su jardín y ha decidido que le encantaría tener una rosa en él, son tan hermosas y fragantes… Pero al plantarla descubre que la rosa necesita demasiados cuidados, es frágil y debe trabajar duro si quiere mantenerla en buenas condiciones. Entonces la maldice y se dice que por qué tiene que ser tan complicado, por qué no puede ser como las malas hierbas que crecen libres por doquier y soportan cualquier inclemencia. Se dice que tiene mala suerte en la vida, porque lo que más desea es lo que más difícil le resulta conseguir. El jardinero no comprende que precisamente ser jardinero significa sembrar, regar, podar… en resumen amar a las plantas. Y que sólo podrá aprender a ser un buen jardinero haciendo todo esto. Entonces, no es que la vida sea injusta por ponerle tan difícil tener una rosa en el jardín, simplemente la rosa le está enseñando a ser jardinero y las malas hierbas, que tanto envidia, no pueden enseñarle nada, eso jamás será amor por las plantas. Y ante esta situación el jardinero tiene dos opciones: cambiar de actitud y aprender a amar lo que hace en vez de verlo como un castigo, o renunciar a la rosa. Ahí descubrirá cuán grande es su anhelo.
Y tú, ¿eres un jardinero sin vocación o vas a aprender a amar el duro trabajo que requiere cultivar tu rosa?

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